lunes, 14 de octubre de 2013

La Roque-Gageac, el pueblo bajo un acantilado

Sin duda alguna Francia es uno de los países con mayor número de localidades variopintas y especiales. El especial atractivo de este país es como han sabido adaptarse a la perfección combinando la arquitectura de cada época en un país repleto de diversos accidentes geográficos y climas; y  un ejemplo de esta particularidad de Francia es La Roque-Gageac.



La Roque-Gageac es un pequeño pueblo de 400 habitantes al sur de Francia que destaca principalmente por su ubicación. El pueblo se encuentra situado justo a los pies de un acantilado quedando literalmente atrapado entre la escarpada silueta de éste y el rio  Dordoña.

Esta características junto al clima templado que posee hacen de la zona un lugar idílico para el habitad humana creando una especie de fortaleza natural; razón por la cual se conocen asentamientos humanos desde la prehistoria.

Si bien su contorno es envidiable, su morfología no se queda atrás presentado una combinación de distintos estilos (medievales, renacentistas…) formando una calles y casas de piedras color ocre que encajan a la perfección con el colorido del acantilado.  Una muestra de su pluralidad son los restos de un castillo medieval insertado entre las rocas del acantilado y el cual aún puede ser visitado.

Pero no fue todo gloria en este paraje tan carismático, y es que poco después de la segunda guerra mundial se desprendió una roca que causo la muerte a 3 persona y dejo gran parte del pueblo y la carretera principal derruidos durante años. Poco a poco fueron reconstruyendo el terreno conservando la arquitectura tradicional y dejándole el aspecto que conserva hoy día.  


Actualmente el pueblo sobrevive del turismo ya que es considerado como uno de los 3 pueblos más bonitos de Francia solo superado por Monte Saint-Michel y Rocamadour.


















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